
El Obispado a través de la Historia
El Obispado a través de la Historia, Compiladora Lourdes Islas
La Asociación de Amigos del museo del Obispado A., para celebrar el cuadragésimo segundo aniversario de la fundación del Museo Regional de Historia de Nuevo León, El Obispado, ha querido reunir en el libro algunos de los temas que destacados hombres de letras, de diversas épocas y regiones, han desarrollado a lo largo de los años sobre la historia, restauración y rescate de este monumento.
A un paso de que concluya el siglo XX, al alba del inicio del tercer milenio, el antiguo palacio de Nuestra Señora de Guadalupe se yergue como testigo mudo del paso de la historia, desde su construcción en 1787.89 (durante las acciones bélicas del siglo XIX) hasta las recientes etapas de rescate y restauración realizadas en este siglo para convertirlo en el Museo de Historia de Nuevo León, hoy Museo El Obispado.
No cabe duda de que han florecido los esfuerzos del Dr. Amado Fernández, quien por primera vez en 1907 organizó la agrupación científica llamada "Junta Arqueófila de Nuevo León", la cual tenía como objetivo la conservación de los edificios antiguos o monumentos del estado, entre los que El Obispado siempre acaparó la atención. En los años cincuenta, el licenciado Raúl Rangel Frías auspició la restauración general del edificio, inaugurándolo como museo en 1956. Cuarenta años más tarde, en 1996, la reestructuración museográfica y dignificación del monumento se dio bajo el patronato de don José Calderón A.
La importancia del único Monumento del Siglo XVIII, Símbolo del Monterrey Colonial
El paso de la arquitectura prehispánica a la colonial nos lleva directamente a la arquitectura barroca. En Monterrey, lo hace evidente el segundo obispo del Nuevo Reino de León, fray Rafael Verger y Suau.
Sobre la cumbre de una empinada loma desde donde se domina el antiguo Valle de Extremadura, el palacio, que en sus primeros años albergó una casa de reposo, fue levantadi dirigiendo su eje principal hacia el cerro de La Silla, como para manifestar su posición de perenne enlace entre el símbolo de Monterrey por excelencia, obra de Dios, y el primer edificio barroco que le brindaba así su categoría como ciudad metropolitana.
El obispo Verger prefirió adoptar para su casa, con la capilla cupular, el estilo barroco, porque sabía que representaba a las masas, que en ese difícil 1787, "año del hambre", accedieron a ser partícipes de la nueva diócesis, involucrándose en la creación y construcción de un palacio, símbolo de sus propios anhelos, necesidades, actitudes y talentos.
La selección de los Autores
La Asociación de Amigos del Obispado A.C; conciente de la necesidad de contar con un libro que nos hable, no solamente del palacio y de su autor, sino también de la historia que permanece guardada entre sus muros y bajo su suelo. ha decidido reunir en esta edición parte de los trabajos de crónica, investigación y documentación más importantes que se han realizado a lo largo de los años sobre este recinto cultural, con la intención de acercarlo a los jóvenes nuevoleoneses y refrescar entre las pasadas generaciones su recuerdo.
Para lograrlo hemos tomado parte de la investigación histórica de Carlos Pérez Maldonado, parte de la crónica sobre el obispo constructor de Aureliano Tapia Méndez, la visión humanista de Raúl Rangel Frías, la restauración de Joaquín A. Mora, la crítica de Manuel Toussaint, el estudio del barroco de Armando Flores Salazar y la leyenda del túnel de Lilia E. Villanueva de Cavazos.
De esta forma, El Obispado, fiel guardían de la historia de nuestra comunidad, continuará siéndolo también de la historia de cada uno de quienes la formamos.
El Obispado a través de la Historia
Compiladora Lourdes Islas, México 1999